Compartiendo Vino con Violeta y Alejandra Luna
Hace ya muchos años que muchas mujeres hemos recordado el poder de lo femenino, transitando por la fuerza de las energías elementales de la tierra, por la conexión a las estrellas, nos dicen que cambiamos y somos otras, que parecemos más solitarias, locas, libres y salvajes.
Se que ese poder está en todas y es crucial encontrar el tesoro que significa ser mujer en estos tiempos convulsos.
El fuego que no extingue en nosotras es el fuego del espíritu haciéndose carne, que va quemando antiguos paradigmas, antiguas creencias limitantes, dejando atrás a la mujer que sufre eligiendo un camino de reconciliación con sus rabias y tristezas.
Recomenzar, renacer, volver a ser los úteros creadores sostenedores de la vida.
Confío en mi y en ese poder, a hombres y mujeres les invitamos a este encuentro con la Madre primordial, la Madre cósmica, las sacerdotisas, las que entregan sus dones para sanarse y sanar.
"Que el vino de la vida sea el vino del amor"
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