A los años, pero estamos otra vez con una inflación creciente. Dista mucho de lo que tuvimos antes de dolarizarnos, pero sigue siento la más alta en algo así como seis o siete años.
Conociendo cómo funciona el país, es de esperarse que cada día se vuelvan más chillonas las voces que piden controles de precios. Hacemos votos porque el gobierno no caiga en esa tentación.
Porque si alguna política ha hecho daño a las economías de América Latina es, justamente, el control de precios.