Para explicarles el reino que quería establecer, Jesús les relataba parábolas. Jesús compara el reino de los cielos con un hombre que alquiló un terreno para cultivarlo y, al arar, descubrió un tesoro. En seguida, lo vuelve a enterrar, vende todo lo que tiene y compra el campo. Su familia y vecinos consideran que actúa como un loco, porque no saben el valor que esconde ese terreno. Pero cuando el terreno ya es suyo, desentierra el tesoro que ya le pertenece. Luego Jesús introduce una segunda parábola. Un mercader que viaja por varios países comprando y vendiendo perlas encuentra una perla perfecta y de gran valor. Para poder comprarla, vende todo lo que tiene. Pero la compra vale la pena. Esta parábola ilustra el valor del tesoro celestial y el esfuerzo que deberíamos hacer para obtenerlo. No encontraremos en la tierra ningún tesoro de mayor valor que Jesús. Por eso, se nos invita a que excavemos buscando en la Palabra de Dios las “gemas preciosas” (las verdades) que contiene acerca de Jesús. Así el que halla a Jesús no debe considerar ningún trabajo ni sacrificio demasiado grande para ganar los tesoros de la verdad y poder vivir con Jesús. Como el comerciante, debemos desear sinceramente encontrar la verdad ¿Por qué es para ti Jesús como un tesoro? ¿qué significa para ti que Jesús es como una perla? Pero la verdadera pregunta sería ¿Qué estás dispuesto a sacrificar por adquirir la Perla de gran precioso?
Música: Eres mi todo - @sabbathoficial Ft @fielesvocesmusica