Nuevamente el mundo se estremece ante una aterradora noticia: Inició una Guerra. Luego de décadas de "Paz" en tierras Europeas, el día jueves en la madrugada los habitantes de Ucrania se despertaron luego de que comenzaran a estallar por doquier misiles de guerra. Las noticias que nos llegan son lamentables, personas tratando de escapar por las fronteras, otras escondidas en las estaciones de los trenes subterráneos, soldados rusos entrando con fúsiles en mano sembrado el terror por doquier. Todo el mundo está a la espectativa de lo que suceda, mientras tanto personas mueren vílvemente. Pero todo esto que acontece apunta a una sóla dirección: ¡Cristo está Regresando!
El retorno de Cristo fortalece la esperanza, estimula el deseo cristiano de morar con Dios en la patria eterna, enciende la antorcha de la proclamación del evangelio eterno, promueve en cada creyente la tarea importante de prepararse, particularmente, velando y orando como lo recomendó nuestro Señor Jesucristo y además constituye un recurso valioso para enfrentar el dolor, la pena y el sufrimiento sometiéndonos en esta vida a la voluntad absoluta de Dios.
Es mi oración que el amado Salvador te fortalezca y te bendiga. Acude a Cristo hoy. Entrega tu vida a Él. Haz un compromiso solemne con Jesús. Confía en Su palabra. Ampárate en la promesa de Su pronto regreso que es la esperanza bienaventurada y permanente. Las aflicciones, el llanto y las desgracias se terminarán muy pronto; Jesucristo se comprometió contigo diciendo: “Si así no fuera yo te lo hubiera dicho… Voy pues a preparar lugar para ti… y cuando prepare todo, vendré otra vez a buscarte para que estés conmigo”. (Juan 14: 1–3) ¡Preparémonos para recibir a nuestro Señor!