Es más que evidente que en la actualidad vivimos en una sociedad en donde con bastante regularidad a lo malo se le llama bueno y a lo bueno se le llama malo. Vemos que hay un sinnúmero de grupos, organizaciones y personajes de gran influencia que promueven lo malo como algo bueno, tratando de darle un toque de moralidad objetiva a lo que promueven. Ahora ya no importan los medios, las formas, las maneras, sino solo los fines que se persiguen y se hace cualquier cosa para lograrlo. Algunos dicen en la actualidad que “Nadie puede decidir por otro lo que es bueno o malo”. Pero nosotros los cristianos debemos creer en lo que dice la Biblia.Decidir vivir sin Dios y sin los mandatos que fueron dictadas por Dios para nuestro bienestar, vamos directo al fracaso y al sufrimiento. Por esta razón, medita muy bien lo que estás haciendo y a qué le llamas bueno, no vaya a ser que creyendo en algo que parece inofensivo termines deshonrando a Dios.