¿En alguna ocasión te has aferrado a una relación de pareja, o a una situación concreta en tu vida, a un hábito, o a alguno de tus miedos, y te has quedado atrapado por ello hasta el punto de sentirte inmovilizado? A veces cuesta darnos cuenta de qué es lo que nos retiene, lo que nos inmoviliza, sin ni siquiera ser conscientes de que estar aferrándonos tanto a algo o a alguien es nuestra propia trampa. En otras ocasiones sí lo sabemos, pero no es nada fácil encontrar la estrategia adecuada para abrir la mano y soltar la banana. Sin embargo, en la Biblia encontramos los consejos oportunos para mirar con esperanza el futuro, sabiendo que lo mejor está por venir.