Antes la mejor opción era demoler un inmueble, sin embargo, ahora la rehabilitación y la recuperación de los edificios construidos es un asunto central y se debe aprovechar lo que ya existe.
¿Merece la pena restaurar las fachadas o las rehacemos? ¿Merece la pena conservar los forjados y reforzarlos o los demolemos y los rehacemos? la cuestión no es sencilla y depende básicamente de ciertos factores.