Manos que forjan el alma del día, que sudan justicia, que siembran verdad, cada martillo, cada letra, cada vía, es fuerza del pueblo y su dignidad.
No hay oro más puro que el pan conseguido con sangre de esfuerzo y de lucha tenaz. Hoy alzamos la voz or lo merecido: ¡trabajo con honra, justicia y paz!