Tuvimos que soportar a un vago e ignorante que se deprimía, y ahora tenemos que aguantar a un inepto posmoderno que nos viene a decir que nuestra mayor influencia no fue Perón, sino Bob Dylan. - - - -
Ambos se identifican como oposición al otro. Pero tienen en común una cosa. Ninguno sabe construir para la felicidad de nuestro pueblo y el engrandecimiento de nuestra patria, y son entonces dos caras de una misma moneda que rueda hacia el fracaso.