Los seres fueron limitando sus capacidades debido a las enseñanzas de la primera edad, la religión y la sociedad, con sus creencias de pobreza, enfermedad e infelicidad, aceptando estas bajas energías como algo normal.
Al aceptar los decretos de los mayores, los niños crean su realidad, aunque no cuestionan y muchas veces, sienten que no está bien lo que se les quiere inculcar.
¡Ellos intuyen, a su corta edad, que esas energías no son buenas para su vida!
Mi alma saluda a tu alma...