Listen

Description

Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte. Pedirte la gracia de darme más cuenta de que tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la misa ese sacrificio. Y agradecerte con obras lo mucho que me amas: ¡Tuyo soy, para ti nací! ¿Qué quieres, Señor, de mí?



Salmo 115



Aun abrumado de desgracias,

siempre confié en Dios.

A los ojos del Señor es muy penoso

que mueran sus amigos.

De la muerte, Señor, me has librado,

a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava;

te ofreceré con gratitud un sacrificio

e invocaré tu nombre.

Cumpliré mis promesas al Señor

ante todo su pueblo,

en medio de su templo santo,

que está en Jerusalén.



Padre Nuestro, Ave Maria, Gloria.



Señor, tú siempre estás conmigo y muchas veces yo no he estado contigo, por vivir volcado hacia mis propios intereses. Ayúdame a ser

siempre fiel a tus preceptos y a tu amor, para reconocer siempre tu presencia fiel y alentadora que me llama a la santidad.



Conviértenos a ti, Dios salvador nuestro, y ayúdanos a progresar en el conocimiento de tu palabra, para que así la celebración de esta Cuaresma dé en nosotros fruto abundante. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quien contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.