En ventasy dirección comercial, a veces queremos resultados nuevos sin cambiar nada.
Queremos vender más, pero sin revisar procesos.
Queremos más compromiso, pero sin desafiar a los equipos.
Queremos innovación, pero sin romper la rutina.
Y esosimplemente no funciona.
Cada mejora real exige incomodidad, exige movimiento, exige quebrar algunoshuevos.
Cambiarla forma de prospectar, dejar atrás métodos que ya no funcionan.
Revisar el modelo de comisiones o el proceso deseguimiento, aunque haya resistencia.
Dejar ir a clientes que ya no son rentables paraabrir espacio a nuevos.
Atreverse a innovar en la propuesta de valor oprobar un nuevo segmento.
Cada unade esas decisiones implica riesgo, pero también posibilidad.
Y sin posibilidad, no hay crecimiento.
Losdirectores y gerentes de ventas a veces evitan “quebrar huevos” por miedo alconflicto, al error o a la crítica.
Pero el verdadero liderazgo no es evitar los quiebres, sino gestionarlos consentido.
Paracocinar resultados distintos, no basta con más esfuerzo, hay que cambiarlos ingredientes o la receta.
Y eso exige valentía:
Así quela próxima vez que en tu equipo alguien diga “no cambiemos nada”,
recuerda este dicho simple pero poderoso:
“Parahacer tortillas, hay que quebrar huevos.”
No temasa los quiebres.
Teme más a quedarte con los huevos intactos… y la sartén vacía.