En su reposo. 06/01/2022. T11. E18.
“Y se alegró el corazón del sacerdote, el cual tomó el efod y los terafines y la imagen, y se fue en medio del pueblo”.
Jueces 18:20
Cambios convenientes
La historia del levita del capítulo anterior no ha terminado.
Su vida se conecta con la tribu de Dan y la forma en que esta se hizo de la posesión de las tierras de la ciudad de Lais.
La estabilidad que el levita había adquirido con Micaía pronto se vería interrumpida por los espías de la tribu de Dan.
Estos investigaron la situación de Lais y tuvieron contacto con la casa de Micaía. Así que cuando llegaron con todo su ejército para conquistar aquella ciudad descuidada tomaron la oportunidad y se llevaron también todos los objetos de valor religioso de la casa de Micaía.
Lo interesante del caso es la postura de aquel levita ahora elevado a sacerdote.
Cuando intenta recriminar a aquellos hombres su acto, pues prácticamente estaban robando todas las imágenes y terafines, estos le ofrecen un mejor trato que el que había hecho con Micaía.
La expresión “se alegró el corazón del sacerdote” revela su grado de interés por las ganancias que obtendría ahora con este grupo de guerreros.
Parece alguien que no tiene interés por cumplir su llamado, ni por guardar la fe y la doctrina. Solo le interesa ir donde obtenga mayores beneficios.
Si es con Micaía ahí estará, pero si llega alguien que le ofrezca algo más se irá sin dudarlo siquiera.
Su inestabilidad revela inmadurez y falta de compromiso, así como su pérdida de identidad y arraigo.
Esto es un peligro constante, la búsqueda de la satisfacción personal, de la conveniencia o comodidad por encima de la voluntad de Dios y del cumplimiento de nuestro deber.
Como creyentes, debemos alejar nuestro corazón de estas condiciones y buscar agradar al Señor al permanecer fieles a él y al lugar donde él nos ha colocado, así como al cumplimento de nuestro llamamiento para servirle.
Desarrollemos identidad y pertenencia y vivamos para ser bendición donde Dios nos ha puesto.
Isaí Rodríguez Ruiz
