En su reposo. 31/12/2022. T24. E31.
"Mas yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios".
Sal. 31:14
Confianza
Hay una gran diferencia entre decir que confiamos y confiar de verdad en una persona; o, en este caso, en Dios.
La confianza, en primer lugar, es algo que se gana.
Para David, Dios se ha ganado ese derecho, primero porque es Dios y por lo tanto es el único que puede ayudarnos cuando todo lo demás ha fallado.
Pero todavía más importante, el Señor ha demostrado que quiere y puede ayudarnos en nuestros momentos más difíciles.
Así que sí, es posible confiar en él basado en quién es, en su naturaleza que lo lleva a buscar nuestro bien, y en lo que ha hecho en el pasado.
Una vez que Dios ha demostrado que podemos confiar en él, la confianza es algo que debemos aprender a desarrollar.
En más de una ocasión hemos caído en la trampa de querer hacer las cosas a nuestra manera, o de "ayudarlo" con nuestros propios recursos.
A veces nos desesperamos porque no actúa como nosotros quisiéramos, o en el tiempo que deseamos que lo haga.
Nuestra confianza en él suele menguar cuando parece que ha dejado de oírnos o de actuar a nuestro favor, cuando las cosas parecen empeorar en lugar de mejorar.
Pero es justo en esos momentos cuando debemos fortalecer nuestra confianza en Dios.
David está inmerso en una crisis tras otra, pero él sigue demostrando que confía en Dios.
La mejor forma de demostrar que confiamos en él incluye por lo menos estas acciones:
Clamar a él, alabarlo en medio de la adversidad y vivir conforme a su voluntad aun en el momento más oscuro.
La confianza no es solo teoría, la confianza no es solo saber que él puede ayudarnos. La confianza es depender de él, una y otra vez.
Decirle: tú eres mi Dios, confiaré en ti pase lo que pase.
Que cada día crezca nuestra confianza en Dios y nos gocemos en su gracia a nuestro favor.
Isaí Rodríguez Ruiz
