En su reposo. 23/02/2023. T24. E77.
"Me acordaba de mis cánticos de noche; meditaba en mi corazón, y mi espíritu inquiría".
Sal. 77:6
Inquirir
Tres verbos se encuentran presentes en el versículo 6 del salmo 77.
Acordar, meditar, inquirir.
Parecen incluso tener cierto orden, aunque aun separados encierran grandes verdades.
Como por ejemplo, inquirir.
Inquirir es cuestionar, pero no en el sentido de poner en duda algo, sino en el de la curiosidad que nos inspira a querer saber más sobre el tema que se estudia.
Inquirir, en este pasaje, es un tema tan claro, que los siguientes tres versículos están llenos de estas inquisiciones, de estas preguntas que se plantea el salmista.
"¿Desechará el Señor para siempre, y no volverá más a sernos propicio? ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa? ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades?" (vv. 7-9).
Mientras trata de conciliar el sueño, el autor del salmo adora a Dios, pero también medita todo lo que lo rodea: entre ello, lo que sucede en la vida de la nación de Israel.
Los cuestionamientos que plantea revelan un corazón ávido de conocimiento, hambriento de la presencia de Dios, y deseoso de ver cómo Dios sigue interviniendo a favor de su pueblo.
Con el espíritu correcto, el hijo de Dios debe tener este deseo por cuestionar, inquirir, investigar aquellas cosas que son de provecho a su alma.
La adoración nos llevará a la actitud correcta delante de Dios. La meditación de la Palabra nos hará sensibles a la voz de Dios, así como a observar y valorar las cosas maravillosas que Dios hace por nosotros; pero inquirir nos hará profundizar, adentrarnos en la comunión , fortalecer nuestra relación con él y aprender a valorar lo que Dios habla a nuestro corazón.
Anhelemos más de Dios, busquemos más de su presencia, miremos más allá de lo común, Cuestionemos, preguntemos, en la comunión de su Espíritu, y en la revelación de su Palabra, encontraremos la respuesta a todas nuestras inquietudes.
Isaí Rodríguez Ruiz
