En su reposo. 04/04/2022. T15. E13.
“Y el otro le dijo, mintiéndole: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua”.
1 Reyes 13:18
Mentiras disfrazadas
Dicen que las mentiras más efectivas son aquellas que llevan un poco de verdad en su declaración.
La historia de este capítulo nos demuestra la perversa efectividad de esta clase de engaños.
El viejo profeta no mintió al decir: “yo también soy profeta”, pero usó esa verdad para sustentar su mentira.
El profeta venido desde Judá no supo distinguir esta falsedad y desechó la orden divina creyendo que había sido cambiada en último momento.
Quizá pensó: “Al fin y al cabo es igualmente un profeta, así que es probable que Dios haya cambiado de opinión”.
Pero aquel viejo profeta mentía, y con su engaño sentenció la vida del profeta foráneo.
¿Qué lo motivó a mentir? La Biblia no nos da un motivo específico. Pudo ser curiosidad, envidia, celo. Solo sabemos que el resultado de sus acciones causó la muerte de un profeta de Dios, y esto es motivo suficiente para reconocer las terribles consecuencias que puede traer la mentira.
Peor aún la falta de discernimiento de aquel profeta que habiendo recibido una orden específica de parte de Dios, se dejó engañar por alguien que afirmaba ser profeta y aceptó sus declaraciones sin reflexionar y sin considerar que su deber ya estaba marcado por la palabra recibida personalmente.
Este es un poderoso ejemplo sobre la autoridad de la palabra de Dios por encima de cualquier palabra o experiencia espiritual que vaya en contra de la verdad ya recibida en las Sagradas Escrituras.
Ningún profeta, ministro o creyente puede afirmar que el “mensaje” que tiene para nosotros viene de parte de Dios si este contradice lo que ya sabemos que el Señor nos ha dicho a través de la Biblia.
No mentir, es una orden de valor moral para la iglesia, que evitará dolor y sufrimiento a los engañados.
Pero conocer la verdad, y aprender a discernir la mentira es una prioridad para el creyente que quiere vivir bajo la perfecta voluntad de Dios revelada en su Palabra.
Ayúdenos el Señor.
Isaí Rodríguez Ruiz
