En su reposo. 12/09/2022. T22. E6.
"En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria".
Hechos 6:1
Murmuración
Una de las grandes lecciones de la vida es aprender a buscar soluciones en lugar de agrandar los problemas que surgen en el transcurso de la vida.
La murmuración no es el mejor ejemplo, ni forma parte del espíritu de la vida cristiana, pero es una realidad que más alla de su origen, debe ser enfrentada y solucionada.
Rápidamente en la iglesia se hizo notoria la diferencia entre los judíos naturales de la tierra de palestina, y aquellos que, siendo judíos, habían nacido y crecido en otras áreas del mundo.
Para distinguirlos se comenzó a usar la expresión "hebreos" para los naturales de palestina y "griegos" para el segundo grupo.
Otro término común en aquel tiempo era el de "prosélito", que se usaba para referirse a personas de otra nacionalidad que se volvían judíos.
La sabiduría de Dios sobre los apóstoles les permitió afrontar correctamente este problema.
No se engancharon con la murmuración. No la alimentaron.
La falta de una buena distribución era sin duda involuntaria, al menos eso se entiende de la reflexión de los apóstoles sobre la carga de trabajo.
Así que la solución fue encontrar personas que atendieran este tema.
Y si la propuesta de los apóstoles llevaba ya el sello de la dirección divina, el proceso de selección nos demuestra que Dios estaba realmente dirigiendo a la iglesia.
Siete personas fueron escogidas, pero si consideramos el origen de los nombres: Esteban, Felipe, Prócuro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, descubriremos que este equipo de trabajo tenía representatividad de los tres grupos de judíos dentro de la iglesia.
En otras palabras, los nombres nos revelan que algunos de los diáconos eran hebreos, otros griegos y se señala con mayor claridad a un prosélito.
Es decir, que hubo sabiduría en la iglesia, no solo para nombrar un equipo de trabajo que quitara esta carga de servicio de los hombros de los apóstoles, sino que también hubo sabiduría para conformar un grupo que representara los intereses de todos los grupos dentro del Cuerpo de Cristo.
Así que la forma en que los apóstoles enfrentaron la murmuración nos deja una gran lección.
Enfrentemos las dificultades en la familia, el trabajo, la escuela o la iglesia, con la sabiduría del cielo y lograremos superar toda adversidad y seguir creciendo para la gloria de Dios.
Isaí Rodríguez Ruiz
