Crecer en el conocimiento de la gracia implica aprender a depositar nuestra confianza en el Señor y contemplar toda este serie de eventos catastróficos como señales de la segura y pronta venida de Cristo. Con dolor en el corazón por los perdidos, por el sufrimiento de otros, pero seguros de que no hay porque alarmarnos pues ya nos había sido anunciado.
