En su reposo. 25/01/2023. T24. E52.
"Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre".
Sal. 52:8
Olivo verde
El salmo, según su presentación, tiene como centro de pensamiento el juicio de Dios contra el hombre que se jacta en su maldad.
Lo que hace todavía más notorios los versículos que resaltan la comparación entre aquellos malvados y los que han puesto su confianza en Dios.
Es la expresión: "pero", la que marca esa diferencia, y es el símil del olivo verde el que revela los grandes beneficios de vivir conforme a la voluntad de Dios y no como el que se jacta en sus riquezas.
Lo primero que puede destacarse es que la frase: olivo verde, hace referencia a la singular belleza del verdor de un árbol, que lo revela sano, bien nutrido y fuerte.
Al compararse con un olivo verde, el salmista ve su estado integral como pleno, satisfecho, con suficiente alimento espiritual y fortaleza.
A diferencia del que confía en sus bienes, el olivo verde depende de los nutrientes que le ofrece la tierra donde está plantado.
Y, ¿dónde está plantado? "en la casa de Dios".
¡Qué cercanía refleja esta comparación!
No está cerca o a lado, está en la casa de Dios, tiene la protección y el sustento de parte del mismo Señor.
Su belleza y su fuerza consiste precisamente en que recibe de Dios todo lo que necesita, y es por eso que confía en la infinita misericordia del Señor.
Nos enseña así, a buscar la intimidad con el Señor, vivir y depender de su presencia, su cuidado, su provisión y su misericordia.
Esta comparación nos invita a ver que lo mejor que podemos hacer si queremos disfrutar de todo lo que él puede ofrecer a los suyos, es alimentarnos de su Palabra y vivir bajo su cobertura.
Concédanos el Señor ser olivos verdes en su casa.
Isaí Rodríguez Ruiz
