En su reposo. 31/05/2022. T17. E15.
“Pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza.”
1 Crónicas 15:13
Ordenanza
La muerte de Uza en el capítulo anterior fue un duro golpe a los deseos de David de traer el arca a su ciudad.
Pero el rey enfrentó la situación con valentía y ánimo resuelto para encontrar el motivo de tan severo castigo de parte de Dios.
Y vaya que lo descubrió. Su falta de conocimiento era entendible pero no era motivo para permanecer así.
Su generación no sabía nada sobre cómo debía transportarse el arca, y es por eso que sufrieron las consecuencias.
Pero David aprendió la lección y buscó información necesaria para hacer las cosas correctamente.
Y fue hasta entonces que descubrió que había toda una ordenanza de cómo debía transportarse el arca.
La intención de David era buena, pero no era suficiente. Quería la bendición de la presencia de Dios y del arca en la ciudad, pero para eso debía buscar a Dios y debía transportar el arca según las órdenes ya establecidas por el Señor.
Si hay una lección que nos deja esta historia es que no basta con tener la intención de buscar a Dios, de acercarnos a él, debemos hacerlo de la forma en que él lo indica.
Muchos dicen buscar a Dios pero lo hacen a su manera. Se atreven a afirmar: “yo creo en Dios y lo sigo a mi manera”, o alguna frase parecida.
Nada más alejado de la voluntad de Dios.
Al Señor no lo podemos buscar como nosotros queramos, como nos sintamos cómodos o como se nos ocurra. Tiene que ser según sus ordenanzas.
David estableció el sistema de lo sacerdotes y levitas, tanto para el ministerio de las ofrendas y sacrificios como para algo tan simple como transportar el arca.
Lo hicieron quienes estaba ordenado que lo hicieran y de la forma que estaba ordenado que lo hicieran.
Así fue como llegó el arca a Jerusalén en medio del gozo y la alegría del pueblo.
Si queremos la bendición de Dios en nuestras vidas es tiempo de hacer las cosas a su manera y no a la nuestra.
Busquemos en la Biblia, el manual de instrucciones de Dios, cómo quiere él que lo busquemos, y obedezcamos al pie de la letra sus ordenanzas.
Su nombre sea glorificado en aquellos que así hagan.
Isaí Rodríguez Ruiz
