En su reposo. 06/04/2023. T24. E113.
"Para hacerlos sentar con los príncipes, con los príncipes de su pueblo".
Sal. 113:8
Transformación
La transformación que experimenta una persona cuando conoce a Cristo sigue siendo impresionante.
Hay cientos, miles de testimonios de esos cambios maravillosos.
El salmo usa dos metáforas para tratar de explicar este cambio.
Una persona pobre, sin esperanza, sin futuro; marcada para vivir siempre en la miseria, en las zonas marginadas de la ciudad, que de repente se sienta en la mesa de los príncipes, en los mejores lugares de las fiestas, en los espacios reservados para los ricos y poderosos.
¿Cómo pueda pasar una persona de un estado de miseria a uno tan exitoso?
Luego está el caso de la mujer estéril, marcada por la burla, el rechazo social, la pena moral y espiritual; que sin tener forma de interpretarlo, tiene hijos, y se goza en la dicha de ser madre.
¿Cómo pudo romper semejante maldición?
Dios es la diferencia.
Es él quien interviene, es él quien "levanta del polvo al pobre", y es él quien: "hace habitar en familia a la estéril".
¿Acaso hay alguien que pueda hacer algo como nuestro Dios?
Ante tales demostraciones de poder la respuesta inequívoca es: no hay nadie como nuestro Dios.
Y el resultado natural de esta verdad es la disposición a adorarlo con gozo y alegría.
Pues sabemos que nosotros eramos esos pobres, sin derecho, sin esperanza, sin futuro, pero él nos ha traído a su mesa para gozar de todas sus bendiciones.
Ahora entendemos que nosotros éramos como la mujer estéril, pero él nos dio vida y propósito para su gloria.
Cuánta dicha desborda el corazón de alguien que no tenía nada y ahora lo tiene todo solo por la gracia divina.
Vale la pena adorarlo por la eternidad.
Isaí Rodríguez Ruiz
