En su reposo. 30/05/2022. T17. E14.
“Oyendo los filisteos que David había sido ungido rey sobre todo Israel, subieron todos los filisteos en busca de David. Y cuando David lo oyó, salió contra ellos”.
1 Crónicas 14:8
Éxito atacado
Justo cuando David estaba viendo el resultado de su dependencia de Dios, cuando su éxito por fin estaba volviéndose una realidad, cuando sus sueños estaban llegando a concretarse, los filisteos vinieron en su contra.
Aquellos enemigos de Israel “oyeron” que a David le iba bien y eso bastó para iniciar un movimiento para atacarlo.
Justo como hoy todavía, hay persona a quienes el éxito de otros les lastima y buscan detenerlo a toda costa.
Oyen que lograron un buen trabajo, que iniciaron con éxito sus empresas, o que alcanzaron la felicidad en un matrimonio, o cualquiera que sea el bienestar que disfruten los demás, les parece demasiado y se esmeran por romper esa felicidad.
Los filisteos conocían el potencial de David y quizá por ello intentaron detenerlo antes de que se hiciera más poderoso.
Para el nuevo rey debió ser preocupante descubrir que apenas se sentaban en el trono y ya tenía que salir a campaña contra sus enemigos.
Así habrá gente siempre, cuyo éxito provoque temor en los demás, y que apenas empiecen a ver resultados tienen que enfrentar a quienes intentan bloquear su crecimiento.
Pero David no se dejó llevar por la tristeza o preocupación.
Es cierto que duele ver a otros que busquen nuestro mal, pero no podemos bloquearnos ante esa situación.
David salió a enfrentarlos, como debemos enfrentar nosotros nuestra realidad, luchar contra aquello que se opone a que hagamos la voluntad de Dios.
¿Cómo lo haremos? Exactamente igual que como le hizo David para llegar a ser rey. Él no cambió su estrategia.
Siguió dependiendo de Dios. Sigue buscando la dirección de Dios. Siguen obedeciendo las órdenes del Señor.
Dos veces en este capítulo David enfrenta a sus enemigos y las dos ocasiones obtiene una poderosa victoria pero basado en la dirección de Dios.
Consultar al Señor, ser sensibles a su voz y obedecer al pie de la letra sus instrucciones será el camino al éxito contra todo lo que se levante para quitarnos aquello que Dios nos ha prometido.
Que no nos sorprenda el que nuestros éxitos en Cristo provoquen la envidia del perverso, pero que confiados en la dirección divina, perseveremos en vivir y hacer la voluntad de Dios.
Así sin duda las bendiciones de Dios nos seguirán a donde quiera que vayamos.
Isaí Rodríguez Ruiz
