Nos metemos en un tema que nos debíamos hace tiempo y que nos permite preguntarnos qué cabe dentro de lo calificable como propiedad intelectual en un videojuego: ¿el código, los personajes, el mapa, las mecánicas, la música; o todo lo anterior? Hablamos de casos emblemáticos de litigios en la industria y nos remontamos a casos poco conocidos de antaño. Nos preguntamos si a los grandes estudios les conviene verdaderamente registrar todo lo que puedan. Nos metemos en algunos tecnicismos muy interesantes que explican por qué es tan difícil categorizar los elementos que componen a un videojuego y, en consecuencia, registrarlo como propiedad intelectual. Por último, charlamos sobre algunos títulos que se vienen que caen dentro de la polémica y uno en particular que ha sido resuelto de forma muy poco esperada.