Las mafias transan, golpean, destruyen, mienten, extorsionan y, finalmente, corrompen, todas las instancias de la sociedad, y avanzan peligrosamente en busca de sus intereses, amenazando a todo aquel que no forme parte de su círculo.
Los grupos poéticos -muy lamentable, pero cierto- no han sido la excepción tanto en ser víctimas de las mafias literarias y, también en ser capos mafiosos de estas malas prácticas.
Preocupados por esa situación , invitamos a Víctor Coral, poeta peruano que ha conocido de cerca el modus operandi de estos grupos pseudoliterarios en el Perú.
En Poesíasinvergüenza, recibimos el poema de Ignacio Acuña, que, aludiendo a nuestro tema de hoy, nos deja un claro mensaje: "nunca te enamoremos de un poeta".
Así, entre poetas falsos y otros no tanto, nos preguntamos: ¿cómo se hace para ser publicado, premiado o incluído dentro del canon poético, sin tener que pagar la alta cuota de la fidelidad canina a algún capo o capa de las mafias literarias?
Con estas aprensiones llegamos a la Bitácora Ruculista y terminamos con una balacera de improperios, argumentos picados y gritos de callejón por defender una ética artística de acusaciones que nada tienen que ver con el talento literario ni con la poesía.
Ya basta de intercambios de favores, basta de círculos mafiosos; ¡qué viva, más bien , la amistad poética!
Como decía Vallejo, no compitas, mejor, solidarízate.