El capitolio cubano está inspirado en el estilo neoclásico y es similar a edificaciones como el panteón de París, la basílica de San Pedro de Roma y el capitolio de Estados Unidos. El salón de los Pasos Perdidos divide las dos cámaras y en él se ubicó el diamante, una piedra preciosa de 25 quilates que había pertenecido a la corona del último zar de Rusia, Nicolás II, de la dinastía de los Romanov. El lunes 25 de marzo de 1946 desapareció misteriosamente.