La finca Las Delicias, que el pueblo terminó llamando La Finca de los Monos fue la reserva de monos cautivos más grande del mundo. Su dueña, Rosalía Abreu había incrementado su colonia de primates con ejemplares que trajo de diferentes latitudes. Con su observación notó rasgos de inteligencia en algunos chimpancés y con paciencia y dedicación logró que realizaran algunas actividades. Los acostumbró a llevar ropas, comer con cubiertos y beber en vasos.