Esta es la historia de dos personas y una ciudad. Es la historia de cómo se conocieron y lo que pasó con ellos y con esa ciudad. Sin embargo, esta no es una historia sobre encuentros ni sobre el destino. No es una historia sobre la suerte. Esta es una historia que explica que ni el destino ni la suerte existen. Es una historia de desigualdad.
Esta es la historia de Belafonte Sensacional. Es la historia de elAle y de Israel. La historia sobre un presente y un contexto que volvió irremediable la conformación de la banda de rock más importante del 2019 en la Ciudad de México. Y es la historia sobre ese presente y contexto que también, en 2019, no dan su brazo a torcer. Una historia que todavía se está escribiendo. Una como tantas otras, en que en realidad, nadie eligió nada, ni decidió nada, y las cartas estaban echadas desde el principio.
Infancia es destino. Pero el destino no existe. Lo que existe es la desigualdad. Entonces infancia es desigualdad, o el inicio de la desigualdad. Lo único que le queda a muchos, la gran mayoría, es luchar contra ella. Familia, escuela, trabajo, amistades, contactos: los caminos se cruzan, pero no todos los caminos se cruzan. La gente no se conoce por suerte, la gente se conoce por cuánto ha acumulado a lo largo de su vida y de la vida de sus padres y de sus abuelos, y así hasta el principio de los tiempos. Y al final nuestros amigos, nuestros compañeros no son del todo nuestra elección, sino la elección de un sistema que denominó nuestro valor desde que abrimos los ojos.
Esta es y será una historia de desigualdad. La historia de dos, de ocho, de una banda, una ciudad, un país, un continente y un sistema económico. La suerte no existe, se llama desigualdad, la vocación existe y va de la mano con la desigualdad. Al final el trabajo, el talento y la persecución de los sueños seguirán siendo poetizados por los publicistas, a pesar de no ser cierto en todos los casos.
Sin desigualdad no existiría Belafonte Sensacional y por la desigualdad no ocupa los escenarios que se merece, o puede desaparecer en cualquier momento. Es verdad, es humano, en usual, es inspirador, es desesperante, pero ¿es justo?