Como padres, nunca fuimos preparados para formar y educar a nuestros hijos, nos preparan para todo menos para ser padres, así que aprendemos en la universidad de la vida en medio de tropezones y caídas. La Oración es la única herramienta poderosa que tenemos para luchar por el bienestar de nuestros hijos. Dios Padre nos entiende y escucha.