La marcha 2246, precedió esta jornada de la memoria permanente. La primera vez fue un sábado, eran apenas 14, como no había casi nadie, decidieron volver al viernes siguiente de aquel 30 de abril de 1977 (...) La mayoría las madres, por aquellos años y como era de costumbre, guardaban como recuerdo los antiguos pañales de tela de sus hijos ya adolescentes o adultos, ni pensar por aquellos años en los descartables. Ese pañuelo blanco, fue pañal antes de emblema y -en las cabezas camino a Luján- desde ese día, vínculo inseparable en la búsqueda sin pausa de los compañeros desaparecidos. Pañuelos que fueron pañales, hoy son bandera y junto a la celeste y blanca, en ventanas y balcones, las Madres invitan a recordar aquel 30 de abril.