El Remarista, como es conocido quien es parte del grupo, busca ser normal pero diferente y pierde el derecho a ser mediocre en cuanto es parte del grupo, porque promulga que el que no vive para servir, no sirve para vivir. Un movimiento católico basado en la carisma Marista que invita a los jóvenes a hacer camino al andar y que este 8 de diciembre cumple 40 años de su fundación.