Nuestra mente viene cableada para darle un mayor peso a lo negativo que a lo positivo que hay en nuestras vidas.
Y no solo eso, nuestra mente también está diseñada para rumiar los problemas durante mucho tiempo.
Estas dos tendencias nos causan gran infelicidad. Practicando gratitud, podemos balancear este sesgo y disfrutar de un estado emocional más favorable.