El silencio de Jesús Vs el silencio de nosotros.
El silencio que guardó Jesús ante las acusaciones, siendo el hijo de Dios.
Nuestro silencio como persona ante el dolor, la iniquidad, la soberbia, la injusticia.
Pero Jesús nos enseña y nos fortalece con su palabra y ejemplo a mantenernos en silencio a pesar de las circunstancias.