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Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Santiago 4:8 (NLT)  El nivel de la cercanía con Dios depende de nosotros, es decir: Tú escoges qué tan íntima será tu relación con Dios. Existen 4 elementos para desarrollar nuestra amistad con Dios:

1.- SINCERIDAD COMPLETA sobre nuestras acciones, deseos o nuestros errores… Como humanos no somos perfectos y Dios no espera eso… pero sí espera tu sinceridad total. Ninguno de los amigos de Dios en la Biblia fue perfecto, si la perfección fuera un requisito nadie lo hubiera logrado. Pero si encontramos que eran sinceros y en ocasiones los vemos quejándose, dudando, acusando o discutiendo con Dios, sin embargo, él nunca se molestó. 

Encontramos que Dios permitió que Abraham lo cuestionara… Vemos cómo escuchó pacientemente las acusaciones de injusticia, traición y abandono de David. Leemos como Jonás se enojó con Dios por lo que le mandó a predicar en Nínive… y como esos muchos ejemplos más. Entonces ¿Dios acepta esta clase de sinceridad? ¡Absolutamente!   La amistad se edifica en la transparencia. Dios escucha las palabras de sus amigos; se aburre de las frases piadosas repetidas y predecibles. Para ser un amigo de Dios, tiene que ser sincero con Dios,  de los verdaderos sentimientos, no lo que pensamos que debería de sentir o de decir.

Es alentador saber que todos los amigos de Dios – Moisés, David, Abraham, Job y otros – tuvieron que luchar con la duda. Y en lugar de enmascarar sus dudas con frases correctas, las expresaron francamente y en público. Expresar la duda puede llevarnos a un nuevo nivel de intimidad con Dios.

2.- OBEDECER A DIOS EN FE. Es posible que no pensemos en la obediencia como un elemento en la amistad, porque pareciera solo existir en tipos de relaciones en lo que hay que someternos y no para una amistad. 

Sin embargo, Jesús dijo claramente que la obediencia es una condición para ser íntimo con Dios. Él lo dijo así, "Son mis amigos, si hacen lo que les mandó." Juan 15: 14 (NIV).   Obedecemos a Dios, no por obligación o por temor, sino porque lo amamos y confiamos que Él sabe qué es lo mejor para nosotros. 

Dios se complace cuando hacemos las cosas (por más pequeñas que parezcan) en obediencia. Puede que otros no las noten, pero Dios las ve y las considera como actos de adoración. Puede que las grandes oportunidades vengan una vez en la vida, pero las pequeñas oportunidades nos rodean día tras día.   Actos tan comunes como decir la verdad, ser amable y alentar a otros, le ponemos una sonrisa al rostro de Dios. Dios valora esos actos de obediencia más que nuestras mejores oraciones, alabanzas y ofrendas.

4- BUSCARLO INTENCIONALMENTE. ¿Realmente quieres ser amigo de Dios? ¿Lo quieres más que cualquier cosa? No hay nada – absolutamente nada – más importante que desarrollar una amistad con Dios. Es una relación que durará para siempre. 

Eso significa que debemos acercarnos, Dios no lo hará por nosotros. Para comenzar una amistad debemos ser nosotros quienes nos acerquemos a Él. Y eso es lo más grande y maravilloso que puede existir.  Pablo dijo a Timoteo, "Algunas de estas personas se han perdido de la cosa más importante de la vida – no conocen a Dios." 1 Timoteo 6: 21 (LB).  ¿Deseas desarrollar una amistad con Dios? Bien, puedes comenzar ahora. Y recuerda que el nivel de amistad es el que tú decidas… Porque en Dios no existe un límite.