Una de las enseñanzas más grandes en nuestra vida es aprender a cómo amar, Dios quiere que valoremos las relaciones y que hagamos el esfuerzo de mantenerlas en vez de descartarlas cuando haya un rompimiento, una herida o un conflicto. De hecho, la Biblia nos dice que Dios nos ha dado el trabajo de restaurar relaciones. Pablo escribió, "Si han sacado algo del todo de seguir a Cristo, si su amor ha hecho alguna diferencia en sus vidas, si estar en una comunidad del Espíritu significa algo para ustedes... Pónganse de acuerdo entre ustedes, ámense, sean amigos desde lo más profundo." Filipenses 2:1- 2 (Msg).
Pablo enseñó que nuestra habilidad de llevarnos bien con otros es una marca de la madurez espiritual. Ya que Cristo quiere que su familia sea conocida por el amor que nos tenemos. Jesús dijo, "Dios bendice a aquellos que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios." Aquí es importante notar que no dijo, "Benditos los que aman la paz"; o "Benditos son los que están en paz,". Jesús dijo, "Benditos son aquellos que trabajan por la paz".
La paz no viene de la nada, es necesario trabajar por ella, forjarla. ¿Quieres ser un forjador de paz? Si es así serás de los pocos dispuestos, de hecho los forjadores de paz son raros… porque forjar la paz requiere determinación y disciplina, esto lo vuelve una de las habilidades más importantes que podemos desarrollar. Esto se alcanzará poco a poco, lo primero es estar dispuestos y lo segundo será tener la disposición de aprender. Aprender de Dios. Y eso es algo que todos necesitamos porque la mayoría de nosotros nunca fuimos enseñados a cómo resolver conflictos.
Tal vez aprendimos un camino equivocado para crear paz… ¿cual sería el camino equivocado? Pensar que forjar la paz es evitar el conflicto, pretender que no existe o tener miedo de hablar de él. Esto para evitar problemas o hacer sentir mal a otros. Pero si tomamos el ejemplo de Jesús, Él nunca le tuvo miedo al conflicto. Por eso es que tenemos que pedir continuamente por la dirección del Espíritu Santo. Y
"nos ha llamado a reconciliar nuestras relaciones los unos con los otros." 2 Corintios 5:18 (Msg).
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