El libro de Jueces nos ofrece una especie de radiografía de nuestros propios corazones para que nos sirva como advertencia y nos pongamos en guardia, manteniendo nuestro corazón alerta al desvío que sutilmente puede irse dando en nuestro alejamiento del Señor. Al mismo tiempo, aun en el período más oscuro de la historia del pueblo de Dios, podemos ver al Dios fiel del pacto que no abandona a su pueblo, al Dios del pacto que es misericordioso, al Dios del pacto que da nuevas oportunidades, al Dios del pacto que trae bendición aún sobre personas que no las merecen.