Adriana y yo charlamos sobre como el ser humano tiene una doble cara, y no precisamente sobre ese doble cara que llamamos a no ser, sino el echo de que la cara siempre es la que habla, que es lo que oculta y que es lo que demuestra la misma esencia, así como también salen a relucir algunos temas que tienen que ver para la evolución del ser humano. Esta charla me ha cambiado mucho la forma en la que veo mi rostro y la capacidad de conocerme mejor cuando me veo en el espejo.