Anonymous es un síntoma de nuestro tiempo, su famoso lema refleja su carácter antiideológico, su naturaleza revanchista de “vigilante” —al estilo de los súper héroes de cómic—. Pero, paralelamente a ese lado comprometido, el orgullo del grupo radica en el lulz, en divertirse a expensas de la miseria de sus enemigos. No hay formalismos de pertenencia a Anonymous y cualquier persona o grupo puede operar como una célula, interpretando los objetivos de la organización. Con sus obvias deficiencias, Anonymous es el símbolo de la desobediencia civil de nuestro tiempo. Los golpes sufridos por Anonymous fueron devastadores: docenas de hackers fueron arrestados y están ahora en prisión; sin embargo, el grupo ha sobrevivido.