Amamos de diferentes maneras. Ninguna vale más que otra. Son expresiones diferentes, pletóricas, conglomeradas. Todas son amor.
Lo que las provoca puede ser un detalle crucial o muy sublime. El nacimiento del amor no depende de temporadas ni de decibeles. Ocurre cuando nuestra fidelidad de corazón está cimentada y atenta.
El amor es esa llama esperando a convertirse en incendio. ¿Qué tanto puede arder?