Hay momentos íntimos, casi secretos, que a pesar de que suceden durante horas convencionales y existentes para todos, son momentos solo nuestros. Son esos minutos en los que la luz se difracta con insospechados destellos, el peso del aire se siente diferente, y los colores se niegan a ser lo que siempre han sido.
Poder compartir estos momentos diurnos o nocturnos, resultan en un verdadero regocijo para el corazón. ¿De qué color percibes la sonrisa del otro cuando lo encuentras en estos momentos? ¿Tiene su aura una coloración diferente?
