Eres grande, no te empequeñezcas. Eres poderoso, escúchate. Para aprender debes levantar la cara, mirar hacia el sol y evaluar los obstáculos.
Algunos de ellos son muy dolorosos. Son cuchillos afilados, su propósito es acabar con tu espíritu. Otros obstáculos son suaves, pero muy peligrosos. Te harán perder tiempo y cordura. Tú tienes que levantar la cara sin presunción. No tienes predicamentos, solo una mochila repleta de sueños y de ganas de alcanzarlos.
Ve cada obstáculo como lo que es, un aprendizaje. En este camino los baches y las torres no son más que lecciones que te llevarán a la serenidad. Con esta actitud y un corazón fortalecido, aprenderás a crecer.