Nos envuelve el ruido, el sonido, la llegada de pasos agigantados y de situaciones que parecen exigirnos respuestas. Dentro de esta vorágine, lo que más resalta es nuestra figura y la sombra que proyectamos con fuerza o debilidad sobre el suelo en el cual estamos parados.
Nosotros podemos detener el escándalo y convertirnos en la pieza clave para que los factores nos posean, nos conformen o nos dejen de lado.