Somos dueños, creadores y poseedores de nosotros mismos. De nuestros límites, periferias, valles, luces y sombras. Nuestra libertad se equilibra con la responsabilidad de cuidar de nuestros actos y decisiones.
Cuando el camino se complica y se bifurca, nuestros pasos se tropiezan con el bagaje pesado que no necesitamos. Es la ocasión idónea para revisar con qué cargamos, qué nos suma y que nos resta.
¿Cuándo fue la última vez que te asomaste a tus maletas y mochilas? ¿Cuándo te detuviste a analizar lo que le estás ofreciendo al mundo que te envuelve?