“Descubrí que me gustaba mucho tocar el piano. Era muy pequeño y con mis ahorros me compre el primer teclado. Mozart, Betowen y Chopin son grandes virtuosos, adoro tocar sus piezas”, así nos sorprende la pasión de Bruno Arias por la música.
El éxito de Bruno pasa por su fortaleza y por una familia que le acompaña a cada paso. Dentro de ese acompañamiento sus padres incluyen las terapias en el Centro Gatea de atendió Global a personas con TEA.
“En el Centro Gatea me ayudan a comunicarme mejoren conversaciones sencillas”, comenta Bruno en esta extraordinaria conversación.
Bruno de mayor sueña con ser compositor de grandes musicales.
Un sueño que con su fuerza podrá alcanzar.