Como profesionales de la salud y la educación, no podemos desligarnos de la problemática del aborto, escondiéndonos atrás de argumentos metafísicos. Esto no implica imponerle el aborto a quien no lo desea o que el aborto se convierta en un sustituto de la anticoncepción, siempre será el último recurso ante un embarazo no deseado, pero sí implica reconocer el derecho fundamental de cada mujer a decidir su propio destino. Las palabras del Dr. Garret Hardin sirven para ilustran este contenido: "El verdadero problema no es justificar el aborto, sino ver si es posible justificar el embarazo obligatorio".