Junto a Consuelo comprendimos la diferencia entre gestionar emociones vs lo que
por mucho tiempo creíamos como cierto que era guardarse los sentimientos.
Frases como “Llorar es malo”, “Qué sensible eres”, “Ser vulnerable es malo”, “Si te sientes cansado, no eres productivo” han sido frases que nos han llevado a guardar emociones, y que de alguna manera nos han conducido a la frustración, ansiedad, depresión.
Sin embargo, junto a consuelo descubrimos que sentir tristeza, miedo, incluso frustración no tiene nada de malo, y que más bien reconocerlo nos ayudará a identificar qué nos hace bien y que nos hace mal.
Sentir también nos permite tener una buena autoestima, porque a través de los sentimientos y las emociones reconocemos lo que necesitamos.
Gestionar las emociones lleva mucho entrenamiento, pero que satisfacción poder conectar con nosotros para tener una mejor calidad de vida, más allá de los estereotipos emocionales en la sociedad.
