Hay momentos para hablar, y hay momentos para callar. Hay situaciones en las que sabemos que tenemos la razón, pero no nos toca defendernos sino dejar a Dios actuar.
Hay algo aún más importante y es que para escuchar a Dios, para discernir lo que dice en Su palabra; hay que hacer silencio.¡Sintoniza este episodio y hablemos sobre la virtud de guardar silencio!