Se ha puesto de moda o, mejor dicho, los políticos han puesto de moda el palabro con una acepción inventada. Topar es un verbo que existe, pero que según la RAE no tiene el significado que nuestros ilustres servidores públicos le otorgan. También se les ocurrió hablar en su momento de “desescalar”, y esta palabra sí que es un invento absoluto. Pero bueno, se trata de hablar claramente a la ciudadanía en términos que la gente entienda. Así que los periodistas, para variar, hacen seguidismo y repiten hasta la saciedad los términos que sus señorías dicen.
Me rebela oír hablar a los políticos con esa ampulosidad verbal estúpida con la que aparentan decir cosas importantes. ¿Tan difícil es hablar con propiedad y no dar guantazos al diccionario? Todos podemos cometer algún error, por supuesto, pero lo de esta gente pública es un castigo. La señora vicepresidenta debería dar un curso de oratoria porque el don de la palabra no lo tiene por la mano. Resulta redicha en todas sus apariciones mediáticas. Habla, habla y habla sin decir nada, realmente. Utiliza muletillas con frecuencia como, por ejemplo, “insisto”. Con ello quiere insistir en que es una mujer con las ideas muy claras, pero que muy claras. La tal Yolanda Díaz aspira a grandes metas en la política patria; espero que sus aspiraciones sean ilusorias, aunque en este santo país cualquiera sabe.