Oltra se siente perseguida y dice sufrir una infamia. Cuando los imputados son los contrarios siempre se ha apresurado a pedir dimisiones y ceses. Pero si es ella la que está en el disparadero, el código ético de su partido ya no es de aplicación, otro día si eso con más tiempo, y además se convierte en una víctima de los poderosos que arremeten contra una política honesta que solo trabaja para el bien de la sociedad. El doble rasero entre los políticos es una costumbre. Consejos vendo que para mí no tengo. Y la frase reza también para los principios. Se tienen hasta que estos principios se vuelven inconvenientes y molestan.