Existe una certeza en la disconformidad, al hablar sobre esta etapa nos damos cuenta de la necesidad de vivir el enojo y logramos comprender lo sanador que puede ser.
¿Cuántas veces hemos experimentado esta etapa y nosotros mismos la hemos negado porque pensamos que no es lo correcto? El enojo que no se desahoga también es destructivo para la salud, a través de este logramos la corrección o búsqueda de aquella justicia necesaria en nuestro duelo.
Acompáñanos a validar nuestro enojo y así hacer consciente, lo inconsciente.