El proceso de asimilación al ver nuestras heridas nos vuelve tan vulnerables que es un gran desgaste emocional. No es para nada agradable pero, es necesario ver lo roto del corazón para volverlo uno nuevo. Ver y tratar nuestras heridas (sobre todo al sentirnos acompañados con terapia o nuestro recurso espiritual), nos da valentía y esperanza en que todo esto será transformado.
Acompáñanos a descubrir un corazón nuevo y así hacer consciente, lo inconsciente.